La Princesa de Asturias cree que el uso del lenguaje de la crisis es intencionado
EFE. Doña Letizia inauguró ayer el VIII Seminario Internacional de Lengua y Periodismo «El lenguaje de la crisis», organizado por la Fundéu BBVA y la Fundación San Millán de la Cogolla. En la inauguración del seminario participaron los presidentes del Gobierno de La Rioja, Pedro Sanz, y de la Agencia Efe, José Antonio Vera, y el director de la Academia Norteamericana de la Lengua (ANLE), Gerardo Piña-Rosales.
La princesa de Asturias afirmó que es obvio que la economía y todo lo que tiene que ver con ella importa más que nunca a los ciudadanos y, por ello, espera que este congreso concluya con «guías claras» para «afinar con las palabras lo que pensamos» algo que «agradecerán los ciudadanos, periodistas o no».
La lección inaugural la pronunció el filósofo y catedrático de Metafísica Ángel Gabilondo, quien afirmó que la crisis se ha convertido en «una gran oportunidad, prácticamente una coartada, para dejar de ser generosos y exigentes, con nosotros mismos y con los demás, con los asuntos más privados o públicos».
La crisis significa «cambio brusco, mutación importante o momento decisivo», recordó doña Letizia en alusión a las acepciones en el diccionario de la palabra crisis, que, según esos significados, también podría aceptarse como el paso a algo mejor.
Pero, consideró, la palabra crisis ha sufrido un cambio semántico y, «a estas alturas, quizás no sean muchos los que otorguen a la palabra crisis esa connotación positiva».
Es una «obviedad», añadió, que la economía y todo lo que tiene que ver con ella importa cada vez más a los ciudadanos y, como prueba de ello, afirmó que solo hay que ver, escuchar y leer lo que publica cualquier medio de comunicación o la cantidad «enorme» de tuits que la Fundéu lanza a diario acerca de dudas lingüísticas relacionadas con la crisis.
Y, por ello, espera que este congreso concluya con «guías claras» para «afinar con las palabras lo que pensamos», algo que «agradecerán los ciudadanos, periodistas o no».
Sanz indicó que el lenguaje de la crisis muestra la capacidad del hablante para explicar la realidad y la facilidad con la que se consensúan nuevos significados para palabras ya existentes, se crean otras nuevas o se usan metáforas y eufemismos par explicar los acontecimientos actuales.
«El lenguaje y realidad forman una especial simbiosis», según Sanz, para quien «la crisis ha hecho que sean habituales en el discurso cotidiano palabras y términos antes restringidos a un sector muy concreto y exclusivo, como recesión, prima de riesgo, euríbor o fondos de inversión».
Piña-Rosales resaltó la importancia del español en Estados Unidos, un país en el que cada día crece, en número e influencia, la comunidad hispanounidense.
«El futuro de la lengua española está en Estados Unidos», ya que, según sus datos, «es más pujante que nunca», aunque, en ocasiones, sea denostado desde España por quienes consideran el español de aquel país como «una lengua de inmigrantes» o lo confunden con el «espanglish».
El director de la ANLE se mostró en desacuerdo con la definición de ese término que figurará en la próxima edición del Diccionario académico y ha defendido que «es indudable que las lenguas en contacto se enriquecen».
La lección inaugural la pronunció el filósofo y catedrático de Metafísica Ángel Gabilondo, quien afirmó que la crisis se ha convertido en «una gran oportunidad, prácticamente una coartada, para dejar de ser generosos y exigentes, con nosotros mismos y con los demás, con los asuntos más privados o públicos».
«O para dejar de escuchar la palabra del otro. Convertirla en la gran causa, en la gran razón, en la única, nos permite liberarnos de las debidas explicaciones. Es ya la gran justificación, incluso para nuestras incoherencias personales», dijo el también exministro de Educación.
Gabilondo, durante su conferencia, titulada «La crisis tiene la palabra», añadió que la crisis «pone en juego no simplemente lo que hacemos, sino quiénes somos» y defendió que «siempre se sale de las crisis siendo, en cierto modo, otros».
«Somos crisis, no solo estamos en crisis y la crisis no acaece solo en otro lugar mientras asistimos como espectadores, como víctimas a su irrupción», precisó Gabilondo, quien apostilló que «sin cultura y educación, la crisis tomará su palabra y no será la nuestra».